top of page

Inteligencia emocional en las primeras citas

By: Daniela Pacheco


En esta ocasión hablaremos de la inteligencia emocional relacionada a las primeras citas.

¿Te ha sucedido que no pasas a la segunda cita y no entiendes por qué?


Hace tiempo que la primera cita concluyó, pero tu mente sigue ahí, recapacitando una y otra vez qué hiciste bien y qué hiciste mal y te aferras a encontrar una respuesta lógica.


Antes de contestar esta respuesta, hablemos de qué es ser emocionalmente inteligente y esto se refiere a utilizar información emocional para guiar el pensamiento y la conducta. Ok. Entonces, el decidir salir con una persona, implica que de acuerdo a nuestros pensamientos, actuaremos. Pero ¡importante! estos pensamientos, estarán guiados por nuestras emociones.


Por lo que, el paso número uno para ser inteligente emocional, es tener la capacidad de conocer las propias emociones. Pensarás que esto es obvio, pero no es tan sencillo reconocerlas. Tenemos necesidades muy por debajo de nuestra conciencia que son difíciles de ver o de reconocer, que nos llevarán a acudir a citas con personas en las que no estamos realmente interesados.


¿Qué necesidades son éstas? Por ejemplo; querer atención, querer sentirnos deseados, necesitados de afecto, tener la idea de que si alguien me quiere entonces yo valgo más como persona o necesitar de compañía por miedo a la soledad.


Nuestras inseguridades nos pueden llevar a aceptar salir con personas que no nos agradan, no nos enriquecen o inclusive que nos lastiman. Pero las necesidades siempre buscan ser satisfechas que nublarán nuestro pensamiento, y nos llevarán a realizar ciertos actos que no nos beneficiarán.


Decimos frases como: no me gusta pero me gusta el hecho de salir con alguien. Algo no me convence pero no pierdo nada si acepto salir. Y es cierto, para conocer nuestras emociones tenemos que tener contacto con ellas. Claro que, aunque no nos convenza una persona, saldremos con ella porque estaremos satisfaciendo alguna necesidad, pero al mismo tiempo, confundiéndonos con nuestras emociones.


Posterior a conocerlas, podremos manejarlas para ser adecuadas. Muchas veces por una necesidad personal, lastimamos a otra persona o nos dejamos lastimar. Y tenemos ejemplos como saber que no queremos nada serio, porque sólo queremos atención o sentirnos acompañados, pero no lo comunicamos y hacemos pensar al otro que, las primeras citas, llevarán a una relación formal. Y cuando nos vemos atrapados, nuestra respuesta será huir y por eso es tan común los mensajes en visto.

Y decimos qué inmadura persona, y sí, ahí está el crecimiento emocional.


Lo contrario también es cierto. Empezar una relación es difícil porque implica un compromiso y aunque nos guste la persona, si emocionalmente no somos lo suficientemente maduros, huiremos de la situación y estaremos de cita en cita porque todavía necesitaremos trabajar en nosotros, para después poder estar en pareja y esto implica hacerme responsable de mis necesidades y de las del otro.


Ser inteligente emocional será reconocer estas necesidades y ser honestos, al serlo con nosotros lo seremos con los demás. Por ejemplo, aceptar buscar salir con nuevas personas inmediatamente después de terminar una relación, podría ser una forma de combatir el sentimiento de soledad o el sentimiento de abandono, y no un deseo genuino por iniciar una relación. Sin embargo, la otra persona lo desconocerá y podemos enviarle mensajes contradictorios, ya que en realidad no estamos interesados, pero una necesidad particular nos hará seguir buscando a una persona.


Nuestras inseguridades también pueden hacernos fracasar en las primeras citas ya que podemos sentirnos no lo suficientemente atractivos, inteligentes o capaces para la otra persona. Transmitiendo un mensaje de inadecuación, o para compensar nuestra inseguridad, intentamos demostrar lo contrario y sólo mostramos una exageración de algo que no es real.


La inteligencia emocional también implica poner un alto y reconocer que, por necesidades personales o ajenas, una primera cita no continuará a una segunda y contestando la pregunta del inicio, lo que ata a nuestra mente a buscar continuamente una respuesta de porqué no funcionó la primera salida, es nuestra incapacidad para aceptar el rechazo.


Por eso, es más fácil estar continuamente saliendo o interactuando con varias personas porque aceptar el dolor que implicar reconocer y aceptar nuestras necesidades, es tan grande que es más fácil satisfacerlas.


Finalmente, podremos hablar de una estabilidad emocional cuando aceptemos quienes somos, nos guste quienes somos y aceptemos que no toda interacción será exitosa, no con todos querremos estar en una relación y que la soltería no es estar en soledad.



Encuéntranos en Instagram y Facebook como @cambiaunhabito

49 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page